La organización de las Naciones Unidas para la alimentación (FAO), en un estudio realizado desde el año 2014 al 2016, dio a conocer que el Perú registró un aumento de cien mil personas que padecen de hambre, siendo un total de 2.5 millones de la población la que sufre este mal.
La primera empresa de comida rápida establecida en Perú fue en el año 1981, desde aquel año hasta la actualidad se registran más de 557 locales en nuestro país.
Los peruanos muestran altos índices de consumo en estos establecimientos, registrando, solo en Lima, el 65% de consumo a nivel nacional. Debido a estos altos consumos se genera un exceso de producción de alimentos que posteriormente cunado el día de trabajo diario haya acabado, los productos restantes y sobrantes se desechan de manera inmediata, sin saber que aquellos alimentos desechados podrían ser correctamente procesados para poder ayudar a las poblaciones más vulnerables.
Sin embargo, toneladas de basura, en su mayoría alimento en buen estado, son derivadas a los centros de reciclaje, donde solo hacen filtros de cartón, plástico, etc., más no de los alimentos antes mencionados.

Soluciones para esta problemática
En el Perú existen el Banco de Alimentos y Sinba, ambas organizaciones institucionales que gracias a un estudio profundo sobre la regulación de comidas desechadas han logrado una alternativa de bien social para acabar con los índices de pobreza y hambruna en el Perú:
Banco Alimentos del Perú:
Fundada en el año 2014, y de la mano de Leslie Pierce como presidente de dicha organización, es una empresa que de la mano con sus empresas aliadas (Kfc, Vivanda, Backus, Nestlé, entre otros) recolecta producto de estos ya sean alimentos o productos de aseo personal.
Los alimentos en general son recolectados por estar próximos a culminar su tiempo de vida o por la producción en exceso que se da en épocas festivas (navidad, año nuevo, entre otros).
Una vez culminado esta recolección, se hace el procedimiento correspondiente que permita garantizar el buen manejo de estos productos para posteriormente ser distribuido a los albergues situados en todo el Perú.

Sinba:
Fundada en el año 2016 ha sido meritoria de distintos premios, entre ellos el premio Kunan en el año 2017 con el cual obtuvieron 40 mil soles de recompensa.
Al igual que el Banco de Alimentos también cuenta con un proceso a los alimentos desechados con el fin de distribuirlos de manera efectiva a las granjas de nuestro país permitiendo así que nuestra ganadería no se exponga a pérdida de animales por hambre y mejorando la calidad alimenticia.

Desinformación clandestina
Para analizar el tema propuesto acerca de «La mala reutilización de los alimentos y la poca información que se tiene al respecto» abarcaremos primero la problemática planteada, la cual según una entrevista realizada a Daniela Osores, gerente general del banco de alimentos en radio «La Libertad» tiene una espera indefinida y esperanzadora por parte del mismo banco de alimentos, que no busca por iniciativa propia a futuros socios potenciales, sino que, como ya mencionamos antes, esperan a que las propias empresas les escriban y puedan contactarse con ellos. La pregunta sería ¿No debería haber una mejor propuesta por parte del mismo banco de alimentos para que con una campaña publicitaria varias empresas, que no tienen conocimiento sobre este proyecto, se enteren y puedan ser parte de esta increíble idea?
Según la misma entrevista, las empresas que formen parte de este proyecto social con enfoque medioambientalista, donando víveres o productos pueden tener un certificado de donación, que con este mismo certificado pueden presentarlo ante la sunat y recibir un descuento en tus tributos. Ser parte es más una ayuda también para las grandes empresas que buscan hacer un bien social y que muy aparte de ello se podrían ver beneficiadas.
Por otro lado, hay muchas empresas que prefieren desechar los alimentos que sobran durante el día, según su política. Los mismos trabajadores tienen miedo a ser despedidos si piensan en darle un distinto fin a los alimentos sobrantes. ¿Qué pasará por la mente de estas grandes cadenas de fast food que no se suman a la causa? ¿Será un tema ético por parte de ellos mismos o tendrán miedo de que se pueda lucrar con los donativos?
Esta indiferencia por parte de las empresas, al no formar parte de este proyecto, se podría mal interpretar a largo plazo, haciendo que personas que manejen información acerca del banco de alimentos y tengan afinidad por las cadenas de restaurantes que no están ligadas a él, puedan cambiar el chip y cambiar sus ideales hacia un lugar donde sí exista y promuevan este ideal, para que así los pueblos vulnerables puedan tener una esperanza de subsistencia.